La serie de las Virtudes de la Reina es una colección de seis personificaciones alegóricas de las Virtudes de una Reina, entre ellas la Victoria, la Verdad, la Caridad, la Justicia, el Valor y la Constancia. Estas seis virtudes fueron representadas por primera vez en el monumento a la Victoria, frente al Palacio de Buckingham. El Ángel Alado de la Victoria figura en la parte superior del monumento que rinde homenaje a los principios fundados por la Reina Victoria y defendidos por la reina Elizabeth II.

Lo más destacado:

• Las monedas individuales se envían en una cápsula
• Consiste en 1 onza de platino puro 9995
• Anverso: Presenta la efigie de la joven reina Elizabeth II diseñada por Raphael Maklouf junto con el año y el país de emisión, el valor de la moneda de curso legal, el peso del metal y la pureza
• Reverso: Presenta el Ángel Alado de la Victoria como personificación de la Virtud de la Victoria sosteniendo una mano en el aire con la otra agarrando una rama de palma junto con la marca de la Compañía de las Indias Orientales, y la inscripción "VICTORIA A TRAVÉS DE LA ARMONÍA"
• Esta moneda es la primera emisión de la serie Virtudes de la Reina

La diminuta y aislada isla de Santa Helena es un candidato poco probable como una de las naciones más significativas e influyentes en términos de comercio mundial. Sin embargo, cuando uno mira hacia atrás y examina nuestra historia colectiva, Santa Helena aparece repetidamente como un componente integral del comercio mundial. La isla, que abarca un área de apenas 17 kilómetros de longitud por 10 de anchura, fue vista como un oasis por exploradores y conquistadores como los holandeses, portugueses e ingleses, todos ellos compitiendo por el control del crucial puerto de escala. Hacia 1658, los británicos reclamaron la isla para sí, convirtiéndola en una fortaleza y en un centro para las lucrativas expediciones a la India, China y el resto del mundo oriental. La compañía alcanzó cotas de éxito sin precedentes, representando la mitad del comercio mundial, estableciendo el monopolio del algodón, la seda, la sal, las especias y el té, entre otros muchos, contribuyendo a la vasta y enorme riqueza del imperio británico. La isla, que sigue siendo una colonia británica hasta el día de hoy, fue un componente vital en el ascenso del imperio británico.